La demanda fue presentada a finales de marzo del 2024 ante el Tribunal de Circuito del condado de Multnomah y acusa a las Escuelas Públicas de Portland
La familia de una niña estadounidense demandó al distrito escolar público de Portland (Oregón) después de que dos niños presuntamente la violaran en el baño de su escuela cuando tenía 9 años, informan medios locales.
La demanda fue presentada a finales de marzo del 2024 ante el Tribunal de Circuito del condado de Multnomah y acusa a las Escuelas Públicas de Portland (PPS, por sus siglas en inglés) de negligencia y falta de supervisión y protección a una persona vulnerable de abuso.
La familia solicita al distrito, al condado de Multnomah y a Latino Network, una organización sin fines de lucro, una indemnización conjunta de nueve millones de dólares por daños y perjuicios.
El caso se remonta a 2022, cuando la menor de edad se encontraba en tercer grado de primaria. Durante el horario escolar y mientras estaba en un programa extraescolar, dirigido por el condado, fue agredida sexualmente varias veces. En una ocasión, un compañero le tocó los genitales por encima de la ropa sin su permiso. En otro incidente separado, dos compañeros de clase intentaron besarla y ella los golpeó para evitarlo. En respuesta a este último incidente, ambos estudiantes fueron suspendidos y la escuela le dijo al padre de la niña que implementarían un “plan de seguridad” para evitar futuros incidentes.
No obstante, en abril de 2022, otros dos estudiantes del programa extraescolar la obligaron a decirle al personal encargado que necesitaba ir al baño.
Ambos jóvenes la siguieron y la encerraron en un cubículo, le quitaron los pantalones y se turnaron para penetrarla a la fuerza. La niña intentó escapar, pero los agresores evitaron que se fuera, según la demanda.
Castigo insuficiente
El padre de uno de los estudiantes involucrados se enteró del incidente por su hijo e informó al personal de la primaria. El distrito escolar decidió llevar a cabo su propia investigación y entrevistó a la víctima sin previo aviso a la Policía ni a sus tutores sobre la agresión sexual.
En los días posteriores al ataque, el padre de la pequeña se dio cuenta y habló con la escuela y el personal de las PPS.
Le aseguraron que los atacantes permanecerían en la escuela bajo medidas especiales. Sin embargo, el padre no creyó que esto protegería a su hija y la retiró de la institución educativa.
A sus compañeros se les permitió permanecer en la escuela y continuar con su educación después de ser suspendidos únicamente un día.
Seis días después del incidente, la pequeña fue sometida a una evaluación médica y una semana después fue atendida por un programa de evaluación de abuso infantil.
Los especialistas concluyeron que su relato era “muy preocupante“. La víctima ha estado lidiando con los impactos del trauma, el dolor, el sufrimiento, la ansiedad social y los reveses académicos, señala la demanda.
La familia de la niña asegura que los demandados son responsables, entre otros, de no enseñar a sus estudiantes cuáles deben ser los límites sexuales y de no hacer cumplir las reglas sobre el comportamiento sexual en el colegio.
Sydney Kelly, portavoz de las PPS, aseguró que ellos se toman muy en serio cualquier caso de posible abuso y negligencia infantil.
“El distrito se enteró de estas nuevas acusaciones la semana pasada, cuando recibimos la demanda, y las estamos investigando”, indicó.