El equipo a cargo del estudio sugiere que el consumo de tal mezcla durante la adolescencia afecta la actividad cerebral en la región del hipocampo
El consumo excesivo de alcohol mezclado con bebidas energéticas puede producir cambios cerebrales y disminuir la capacidad de crear nuevas conexiones neuronales en la edad adulta, revela una investigación realizada por la Universidad de Cagliari, en Italia.
El equipo a cargo del estudio sugiere que el consumo de tal mezcla durante la adolescencia afecta la actividad cerebral en la región del hipocampo.
Los científicos llegaron a esa conclusión tras hacer experimentos en ratas macho que se mantuvieron bajo luz artificial en un ciclo de 12 horas y otras 12 en la oscuridad.
Para ello, dividieron a los roedores en cuatro grupos experimentales y las sometieron a distintos tipos de consumo excesivo de alcohol cuando cumplieron 28 días de vida.
El primer grupo recibía dosis equivalentes a entre 1,5 y 2 bebidas alcohólicas fuertes. El segundo tomaba la bebida energizante Red Bull, cuya dosis era similar a dos latas de producto para una persona de 70 kilógramos. El penúltimo grupo consumía una mezcla de alcohol y Red Bull, mientras que el último grupo de ratas tomaba agua.
De acuerdo con los análisis, los expertos indicaron que las bebidas energéticas pueden enmascarar algunos de los efectos del alcohol, y en combinación con el mismo pueden afectar de forma permanente la plasticidad del hipocampo, producir cambios vinculados a alteraciones conductuales y provocar deterioro del juicio.
Los resultados también demostraron que las ratas tratadas con alcohol mezclado con Red Bull gozaban de una mayor plasticidad sináptica (conexión entre neuronas) cuando tenían 40 días, sin embargo, esa capacidad cerebral disminuyó cuando alcanzaron entre 60 y 90 días de edad. A partir de estos datos, los científicos concluyeron que tras un aumento temporal de la función neuronal, a continuación se produce un deterioro a largo plazo.
Con información proporcionada por Oriana Tassoni