Desde 2005, la multinacional ha vendido 18.000 millones de botellas de agua, cuya calidad estaría entre dudas debido al uso de métodos para filtrar agua contaminada prohibidos en Francia desde los años 1990.
Nestlé Waters habría utilizado métodos ilegales para filtrar el agua durante al menos 15 años, generando un fraude fiscal sin precedentes de 3.000 millones de euros (unos 3.200 millones de dólares), reporta la plataforma de investigación independiente Mediapart.
Desde 2005, la multinacional ha vendido 18.000 millones de botellas de agua, cuya calidad estaría entre dudas debido al uso de métodos para filtrar agua contaminada prohibidos en Francia desde los años 1990.
Según los resultados de la reciente investigación, las fuentes de agua utilizadas por Nestlé en Francia estaban contaminadas con bacterias fecales y pesticidas. Sin embargo, tras el tratamiento inadecuado, la empresa vendió el producto bajo la apariencia de agua mineral natural.
Mientras que el fraude fiscal acumulado de Nestlé se elevaría a más de 3.000 millones de euros, la misma empresa niega todas las acusaciones y cifras obtenidas por la plataforma de investigación. “Rechazamos firmemente las cifras y el método de cálculo de Mediapart”, afirmó un portavoz de Nestlé al medio alemán Bild, alegando que todos los productos de la multinacional “se pueden consumir sin ningún temor, ya que su composición corresponde a la descripción de la etiqueta”.
En febrero del 2024 los defensores de los consumidores presentaron una demanda contra la compañía y el productor francés de agua mineral.
“Nestlé habría vendido durante décadas miles de millones de botellas de agua que no tenían nada que ver con el agua mineral natural en Francia, Europa e incluso en todo el mundo, y los consumidores no tenían ninguna idea“, sostuvo Ingrid Kragl de Foodwatch France, una organización centrada en la protección de los derechos del consumidor.
Por su parte, la Comisión Europea está por publicar el 24 de julio del 2014 su informe de una investigación al respecto que se llevó a cabo después de que las autoridades de seguridad alimenticia francesas señalaran hace unos meses posibles riesgos para la salud, reporta Bild.