En su intervención, Wood acusó a Irán de “armar a grupos terroristas en Siria, el Líbano e Irak”
EE.UU. “no estaba al tanto ni participó” en el asesinato del líder del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniya, perpetrado ayer miércoles en la capital iraní, Teherán, declaró el embajador adjunto del país norteamericano ante la ONU, Robert Wood, durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Oriente Medio.
En su intervención, Wood acusó a Irán de “armar a grupos terroristas en Siria, el Líbano e Irak”. “Es desestabilizador y contrario a los esfuerzos del Consejo de Seguridad para distender las tensiones regionales”, señaló, al tiempo que instó al país persa a cumplir las resoluciones de Naciones Unidas. De lo contrario, estimó el embajador adjunto, el Consejo de Seguridad debería considerar la adopción de “medidas adicionales” para “exigir cuentas a Irán y hacer frente a las acciones de sus apoderados terroristas y de sus socios que amenazan la paz regional y la seguridad”.
En este contexto, pidió a los miembros del Consejo, que “tienen influencia directa” sobre Irán, que aumenten “la presión” sobre esa nación para que “deje de avivar su conflicto proxy contra Israel y otros actores”.
Asimismo, hizo un llamado al organismo para que apoye a Tel Aviv mientras “se defiende contra repetidos ataques” del movimiento libanés Hezbolá, “respaldado por Irán”, lo que podría ser un “mensaje inequívoco” para ese grupo.
“Una guerra más amplia no es inminente ni inevitable”
Wood también pidió evitar especulaciones sobre “el impacto que los acontecimientos actuales pueden tener en Oriente Medio”. “Una guerra más amplia no es inminente ni inevitable, aunque los ataques oportunistas de Irán y de su red de apoderados terroristas y socios en la región nos han acercado repetidamente a un conflicto regional”, aseveró.
Por otra parte, dijo confiar en la resolución diplomática de los conflictos en el Líbano y en la Franja de Gaza. En este último caso, resaltó la necesidad de concretar un acuerdo de cese al fuego, que calificó como “la manera más segura de aliviar el sufrimiento del pueblo palestino y desbloquear la posibilidad de una mayor estabilidad”.