Según el grupo, en el hospital Khalil Suleiman, rodeado por las fuerzas israelíes desde el inicio de la incursión, los suministros de electricidad y agua están comprometidos.
La escala e intensidad de la incursión israelí de 4 días en la ciudad palestina de Yenín y en Tulkarem, al norte de Cisjordania, “es muy alarmante“, alertó Médicos Sin Fronteras el pasado fin de semana.
“Las fuerzas israelíes siguen obstruyendo el acceso a las instalaciones sanitarias, bloqueando e incluso atacando ambulancias, lo que retrasa el acceso de la población a la atención médica“, indicó la organización humanitaria internacional en sus redes sociales.
Vehículos blindados israelíes circulan por una calle durante una incursión en Yenín, en la Cisjordania ocupada, el 31 de agosto de 2024.www.imago-images.de / www.globallookpress.com
Según el grupo, en el hospital Khalil Suleiman, rodeado por las fuerzas israelíes desde el inicio de la incursión, los suministros de electricidad y agua están comprometidos.
“El equipo médico se ha visto obligado a interrumpir las operaciones de diálisis, clave para el tratamiento de la insuficiencia renal”, afirmaron.
También señalaron que, en la ciudad de Tulkarem, se destruyeron varios campos de refugiados, donde uno de sus voluntarios fue brutalmente golpeado e interrogado por las autoridades israelíes.
“Israel debe cumplir sus obligaciones como potencia ocupante en Cisjordania, incluido el acceso a la atención médica. Los hospitales, las ambulancias y la misión humanitaria médica deben ser respetados y protegidos”, aseveró la organización.
In Tulkarm, after the withdrawal of Israeli forces, our teams saw the destruction in the camps and heard disturbing reports from an MSF-trained volunteer who was beaten and interrogated by Israeli authorities.
— MSF International (@MSF) August 31, 2024