Según El Periódico, Peral exige cerca de 30 millones de euros a Netflix y a Arcadia por “vulnerar los derechos al honor, a la propia imagen y a la intimidad” tanto de ella como de su hija, todavía menor de edad.
Peral exige cerca de 30 millones de euros a Netflix y a Arcadia por “vulnerar los derechos al honor, a la propia imagen y a la intimidad” tanto de ella como de su hija, todavía menor de edad.
Un juzgado de primera instancia español aceptó una demanda interpuesta por Rosa Peral —una expolicía que cumple una condena de 25 años por homicidio— contra Netflix y Arcadia, la productora de la serie ‘El cuerpo en llamas‘, por “vulnerar sus derechos y los de su hija“.
Según El Periódico, Peral exige cerca de 30 millones de euros a Netflix y a Arcadia por “vulnerar los derechos al honor, a la propia imagen y a la intimidad” tanto de ella como de su hija, todavía menor de edad.
La serie narra el triángulo amoroso entre Peral y dos agentes de la policía municipal de Barcelona, y que terminó con el homicidio de uno de ellos.
El caso, conocido como el ‘Crimen de la Guardia Urbana‘, fue uno de los más mediáticos de los últimos años en España.
La Justicia condenó en 2021 a Peral y a su amante, Albert López, a 25 y 20 años de cárcel, respectivamente, por asesinar al agente Pedro Rodríguez, pareja de ella.
“No fue informada”
En septiembre de 2023, Netflix estrenó la serie y Peral considera que se muestra a “una madre negligente que no quiso ver a sus hijas durante más de dos años, y por otro, se la llega a interpretar como una mujer violenta que saca a su hija de su coche a empujones y gritos”.
En concreto, la exagente exige 26,5 millones de euros para su hija (1 euro por el número de horas que se ha reproducido la serie) y 2,6 millones euros para ella (10 céntimos por hora).
Asimismo, la demanda indica que Peral “nunca fue informada ni por la productora ni por la plataforma de la realización de esta serie y que tampoco cedió sus derechos de imagen“, ni los de su hija, que a su juicio, tiene “un papel protagónico a lo largo de los ocho capítulos”.
También se hace hincapié en que se atribuyen acciones “al personaje [de la niña], desde el inicio de la serie hasta el final, todas ellas completamente falsas, pero enfocadas a que el espectador perciba y adopte que fue su declaración, en algún momento del proceso judicial en el que en realidad nunca participó, la principal prueba de cargo en el juicio real contra su madre”.
Y añade: “Los creadores podrían haber explicado la misma historia sin necesidad de involucrar a la menor, cosa que se ha hecho con ánimo de hacer un producto audiovisual más atractivo para asegurar las ganancias del mismo”.