Los organizadores del evento le pidieron que cortara su perorata, se bajara del estrado y regresara a su mesa, todo esto aderezado y adornado con abucheos de los presentes
Javier Milei, presidente de Argentina hizo el ridículo dando un discurso aburrido, larguísimo y lleno de lugares comunes en la cena de donantes de la campaña de Donald Trump en la residencia del ahora presidente electo estadounidense en Mar-a-Lago, Florida, Estados Unidos
Los organizadores del evento le pidieron que cortara su perorata, se bajara del estrado y regresara a su mesa, todo esto aderezado y adornado con abucheos de los presentes y como si faltara más para que el momento fuera mas bochornoso, le apagaron el micrófono
El problema no es que lo hayan abucheado los presentes que son cercanos a Donald Trump sino la muestra de muy poco respeto al presidente de un país como Argentina que fue tratado no como un dignatario sino como alguien que solo estaba aburriendo y fastidiando a los presentes y que además lo hizo en idioma castellano, un idioma que los seguidores de Trump y el mismo Trump detestan porque lo asocian a seres humanos de menor valor.
Lo triste de todo esto es que Milei parece no darse cuenta que para los seguidores de Trump, aunque sea presidente de una nación, no es nadie, no les importa que sea presidente de Argentina pero a los argentinos si les deberia importar la vergüenza a la investidura presidencial argentina que sea abucheado porque eso no solo lo ofende a el sino a todo un pais: Argentina