El solicitante, una persona de 33 años que nació hombre pero se identifica como mujer, había pedido que se le practicara la llamada vaginoplastia preservadora del pene
Un residente de Ontario (Canadá) que se identifica como no binario ha desatado una batalla legal en su país, luego de que el servicio público de salud se negara a financiarle una cirugía de afirmación de género que consistiría en crearle una vagina preservando su pene, informa el periódico National Post.
El solicitante, una persona de 33 años que nació hombre pero se identifica como mujer, había pedido que se le practicara la llamada vaginoplastia preservadora del pene en una clínica especializada de la ciudad de Austin (Texas, EE.UU.), debido a que el procedimiento no está disponible en Canadá.
La solicitud fue rechazada en 2022 por el Plan de seguro médico de Ontario (OHIP, por sus siglas en inglés), que considera el tratamiento como experimental y resalta, además, que no figura como un servicio dentro de la lista de sus beneficios.
El interesado se quejó de la decisión ante la Junta de Revisión y Apelación de Servicios de Salud de Ontario. Afirmó que las cirugías genitales no deberían limitarse al binomio hombre-mujer, y que la disforia de género no binaria, con la que se identifica desde adolescente —una condición en la que la persona no se alinea completamente ni con el género masculino ni con el femenino—, merece un trato igualitario.
Forzar una cirugía binaria para un paciente no binario “podría considerarse un acto ilegal de terapia de conversión, así como una violación del Código de Derechos Humanos de Ontario”, dijo.
La Junta de Revisión decidió cuáles cirugías deben ser cubiertas, y en septiembre pasado dictaminó que dentro de la vaginoplastia —incluida entre las 11 operaciones genitales bajo cobertura pública— cabía tanto la técnica estándar como la de preservación del falo, aunque esta no se ofreciera en Canadá.
A finales de febrero se supo que el OHIP apeló la decisión. El asunto continúa en los tribunales. John McIntyre, abogado de la contraparte, afirma que por el momento no hay un veredicto y que podrían “pasar meses” antes de conocerse.
¿Necesario o no?
El caso ha provocado diversas discusiones. Pamela Buffone, fundadora de Canadian Gender Report, un grupo de padres que pide mayor regulación en lo que a transición médica de género se refiere, considera que el sistema de salud pública debería centrarse en los procedimientos que son “médicamente necesarios”.
“El paciente no estará físicamente más sano debido a la operación, lo que probablemente provocará complicaciones y la necesidad de cirugías correctivas y mayores demandas para el sistema de salud”, comenta.
Entretanto, activistas por los derechos de la comunidad LGBTQIA+ afirman que este tipo de cirugías puede mejorar profundamente la calidad de vida de una persona, al reducir la angustia y la profunda sensación de malestar provocada por la disforia de género. Por tanto, los proveedores de atención médica no deberían dictaminar qué es o no médicamente necesario para alguien, opinan desde la organización Egale Canada.
“En última instancia, la interpretación del OHIP [de una vaginoplastia] es excluyente y discrimina a las personas no binarias por su identidad de género. Si hay alguna ambigüedad sobre lo que debería cubrirse públicamente, tendría que resolverse a favor del demandante”, dijeron.
Un endocrinólogo de Ottawa que atiende al autor del actual reclamo aseguró que para su paciente es “muy importante” tener una vagina para expresar su género, pero al no sentirse completamente dentro del espectro femenino, también es fundamental que conserve su pene.
El propio interesado señala que desea mantener su miembro viril por motivos de salud sexual y por temor a que el “desvío urológico“, que conlleva la vaginoplastia común, pueda generar problemas de incontinencia urinaria, una complicación habitual en esos casos.