Los agentes habían estado desde ese día tratando de encontrar los restos mortales, que finalmente han aparecido dentro de una bolsa a escasos 200 metros del domicilio que compartía la pareja.
La Policía local del municipio madrileño de Soto del Real encontró ayer martes 25 de junio del 2024 la cabeza de la mujer que fue asesinada por su marido en esta localidad el pasado 18 de junio del 2024.
Los agentes habían estado desde ese día tratando de encontrar los restos mortales, que finalmente han aparecido dentro de una bolsa a escasos 200 metros del domicilio que compartía la pareja.
Según fuentes de la Guardia Civil española, citadas por La Vanguardia, la voz de alarma la dio un vecino, que localizó un fuerte olor a descomposición proveniente de una bolsa de plástico en una zona de matorrales y dio aviso a la Policía.
La Guardia Civil procedió a la recogida y traslado de los restos al Instituto de Medicina Legal, para proceder a su autopsia y a su plena identificación.
El hallazgo de dos cadáveres
El crimen se conoció el pasado martes 18 de junio del 2024. Familiares de la pareja alertaron a los agentes que en la vivienda encontraron dos cadáveres. Al parecer, las muertes se habrían producido días antes.
La mujer, de 65 años, de nombre Soledad se hallaba en el garaje y había sido decapitada, mientras que el hombre de nombre Jorge, un policía local retirado por incapacidad, de 53 años, se había suicidado con un arma larga en una habitación del piso superior después de haber cometido el asesinato.
La pareja se encontraba en trámites de separación, según señalan algunos medios, si bien no constaban denuncias previas por violencia de género.
Quienes la conocían, saben que Soledad era la mujer de la sonrisa perenne, siempre con buena cara, una persona extrovertida, agradable y que si podía hacer un favor no dudaba en ofrecerse.
Y no lo dicen porque se haya muerto, “es que era así” . Madre de tres hijos, las dos mayores fruto de un matrimonio anterior por el que enviudó hace más de 20 años,
Soledad logró rehacer su vida junto a Jorge R. D., un policía local de Soto del Real, por el que dejaría su antigua casa de Colmenar Viejo para instalarse con él en esta localidad de poco más de 9.000 habitantes.
Allí, se volvió a casar y tuvo un tercer hijo, el único en común con Jorge, el hombre que dos décadas después la ha asesinado en el chalé de la colonia de San Antonio, donde ambos residían.
“Nunca vimos nada raro” , sostienen los que se cruzaban con ellos a diario, convencidos, eso sí, de que hacía tiempo que cada uno iba por su lado.
Según apuntan en su entorno, Soledad había viajado hace unos días a Londres, Inglaterra, la ciudad en la que reside una de sus hijas, pero al volver, la mujer de 65 años no dio señales de vida.
Su hija, preocupada, esperó a ver si le contestaba los mensajes y llamadas; fue en vano. Tras ello, avisó a su tía y esta se acercó hasta la vivienda. A las 02.20 pm (hora local) del pasado martes 18 de junio del 2024, la hermana del primer marido de Soledad llamó a la Guardia Civil: acababa de ver el cuerpo de ella tendido en el garaje. Le faltaba la cabeza.
A partir de ahí, fueron los agentes los que inspeccionaron el resto de las estancias. En una de las habitaciones de la planta de arriba encontraron el cadáver de Jorge, junto a un arma larga y con un disparo en la cabeza; en total, se hallaron en la casa una escopeta y una carabina.