Según explican los investigadores, se trata del trastorno de ansiedad social (TAS), que genera un constante miedo a ser evaluado negativamente en situaciones sociales en las que un individuo queda expuesto a un posible escrutinio por parte de los demás, lo que le provoca ansiedad
Una investigación de un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge demuestra que una conducta psicológica puede afectar a las personas durante toda la vida, haciendo que los demás las vean como más antipáticas, menos auténticas y poco deseables como posibles interlocutores o socios.
Según explican los investigadores, se trata del trastorno de ansiedad social (TAS), que genera un constante miedo a ser evaluado negativamente en situaciones sociales en las que un individuo queda expuesto a un posible escrutinio por parte de los demás, lo que le provoca ansiedad, que lo aboca a asumir conductas de seguridad (o comportamiento seguro) para protegerse de la crítica potencial, así como del rechazo social y de las interacciones innecesarias.
Varios estudios sugieren que las personas con TAS tienden a obtener resultados sociales más negativos que las personas no ansiosas que están vinculados a las evaluaciones de otras personas.
Así, las personas con alta ansiedad social son peor tratadas en el colegio por sus compañeros y son calificadas como aquellas que transmiten menos calidez en el marco de las interacciones sociales, que resultan ser muy escasas.
La investigación de Cambridge examinó a través de una tarea de interacción para individuos con fobia social y con baja ansiedad social el impacto del comportamiento seguro en la simpatía, la autenticidad evaluada por terceros y la autenticidad autodeclarada. Los científicos plantearon la hipótesis de que los individuos con ansiedad social serían percibidos por sus compañeros como más desagradables, menos auténticos y poco deseables como futuros interlocutores a diferencia de los participantes sin trastorno de ansiedad.
Los participantes en el estudio fueron divididos en dos grupos de 29 y 40 personas. El primero de ellos se componía de personas con una edad promedio de 35 años diagnosticados inicialmente con TAS, mientras que el segundo estaba formado por estudiantes con 18 años de promedio y que no presentaban ningún síntoma de TAS.
“Me sentía forzado”
Todos los participantes del estudio rellenaron encuestas con preguntas acerca de si tienen fobia social o recurrían a las conductas de seguridad, y evaluaron su autenticidad, mientras que sus interlocutores hacían lo mismo en la otra habitación. Según los resultados del experimento, las personas con trastorno de ansiedad social obtuvieron las evaluaciones más bajas en cuanto a autenticidad y simpatía, al tiempo que respondían que se sentían forzadas, en vez de auténticas o sinceras, a la hora contestar a las preguntas. Asimismo, sus compañeros los describieron como menos auténticos en relación con aquellos con baja ansiedad social.
Además, los expertos destacan que el trastorno de ansiedad social obstaculiza el desarrollo profesional, puesto que mientras los líderes siempre se muestran como los más activos y fuertes, aquellos que recurren al comportamiento seguro y evitan interacciones sociales se hacen a un lado y temen tomar la palabra.
Con información proporcionada por Oriana tassoni