Un surfista australiano perdió una pierna tras ser atacado el pasado martes 23 de julio del 2024 por un tiburón blanco de tres metros de longitud en una playa al norte de Port Macquarie, en el estado de Nueva Gales del Sur, recogen medios locales.
Según los reportes, el animal mordió violentamente a Kai McKenzie, de 23 años, cuando este intentaba remar con todas sus fuerzas para volver a la orilla. Pese a estar gravemente herido, el joven logró ponerse a salvo en la playa, en donde fue asistido por los presentes.
Uno de ellos, un policía fuera de servicio, le aplicó un torniquete con la correa de su perro para detener el sangrado.
La pierna apareció una hora después en la orilla y fue puesta en hielo para su conservación. Tras la llegada de los paramédicos, McKenzie y su pierna fueron trasladados a un hospital cercano.
Los cirujanos ahora tendrán que evaluar si es posible volver a colocar la extremidad amputada, ya que el joven se enfrenta a una serie de operaciones complejas. Hasta el momento, el estado de salud del paciente es grave pero estable. McKenzie había vuelto a practicar el surf recientemente luego de recuperarse de una fractura en el cuello.
La playa de North Shore, donde ocurrió el accidente, es un espacio aislado al que solo se puede llegar por un camino de tierra. Los días anteriores ya habían sido avistados varios tiburones al norte de Port Macquarie, entre ellos el gran tiburón blanco.
Ataques en aumento
Entre tanto, según un estudio citado por el diario británico The Guardian, en 2023 se duplicaron las muertes por mordeduras de tiburón a escala global, teniendo lugar el 40% de ellas en Australia.
El año pasado hubo constancia de 10 ataques fatales (frente a los cinco de 2022), de los que cuatro se dieron en el país oceánico.
De acuerdo con el reporte, los ataques “no provocados” fueron más comunes entre los surfistas que entre los nadadores y se registraron mayoritariamente en zonas aisladas.