En anteriores investigaciones se demostró que alrededor del 8 % del genoma de los seres humanos está formado por retrovirus endógenos, que son partes del ADN de virus que infectaron a nuestros antepasados primates hace decenas de millones de años.
La Universidad de Colorado en Boulder anunció el pasado miércoles 24 de julio del 2024 que un grupo de investigadores encontró evidencia que sugiere que fragmentos de material genético de antiguos virus que se encuentran incrustados en el genoma humano podrían influir en el desarrollo y supervivencia de varios tipos de cáncer modernos.
En anteriores investigaciones se demostró que alrededor del 8 % del genoma de los seres humanos está formado por retrovirus endógenos, que son partes del ADN de virus que infectaron a nuestros antepasados primates hace decenas de millones de años.
Estos restos virales, anteriormente considerados como ‘ADN basura’, lograron infiltrarse con el tiempo en espermatozoides, óvulos y embriones, integrándose de esta manera en el genoma a lo largo de generaciones.
A pesar de que estos vestigios genéticos ya no pueden producir virus funcionales, sí pueden activar genes cercanos en el mismo cromosoma que a menudo resultan beneficiosos.
De acuerdo con los científicos, algunos retrovirus ayudaron a formar la placenta, el órgano temporal que proporciona nutrientes al feto, así como algunas de nuestras respuestas inmunitarias a virus modernos, como el covid-19.
El lado oscuro de los retrovirus
Sin embargo, un estudio publicado el pasado 17 de julio del 2024, en la revista Science Advances señala que los retrovirus también pueden influir negativamente en la salud de las personas.
Los especialistas llegaron a esta conclusión tras analizar los datos genómicos de 21 tipos de cáncer detectados en humanos.
Según los autores de la investigación, se detectó que el ADN de LTR10, una familia de retrovirus que afectó a los primates hace 30 millones de años, mostraba altos niveles de actividad en varios tipos de células cancerosas, incluidas las que atacan a los pulmones y el colon.
Eliminar la causa del problema
Mediante el uso de la tecnología de edición genética CRISPR, el grupo científico logró eliminar las secuencias del ADN de LTR10 en las células cancerosas. Se observó que, sin la presencia de este retrovirus, los genes cercanos que impulsan el desarrollo y crecimiento del cáncer también desaparecieron.
Se obtuvieron resultados similares cuando se eliminó el ADN de LTR10 en las células tumorales de ratones, puesto que los genes que promueven el crecimiento de los tumores en estos animales también se desactivaron. Esto permitió que los tratamientos para reducir los tumores en los roedores funcionaran mejor.
Por otro lado, los investigadores mencionaron que el retrovirus analizado influye en la vía MAP-quinasa, una vía celular involucrada en diversos tipos de cáncer. Asimismo, subrayaron que los medicamentos conocidos como ‘inhibidores de la MAP-quinasa’ podrían funcionar al momento de eliminar el material genético de LTR10, que regula alrededor de 70 genes asociados al cáncer en esta vía.
“Los orígenes de cómo se manifiestan las enfermedades en las células siempre han sido un misterio”, señaló el profesor Edward Chuong, añadiendo que “los retrovirus endógenos no son la historia completa, pero podrían ser una parte importante de ella”.
Con información proporcionada por Oriana Tassoni
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