Dominique Pélicot fue detenido en octubre de 2020 por grabar bajo las faldas de varias mujeres en un supermercado de la localidad de Carpentras.
En Francia dio inicio ayer lunes 2 de septiembre del 2024 el juicio contra Dominique Pélicot, de 71 años, acusado de drogar a su esposa y ofrecerla a múltiples desconocidos para que la violaran, informa el diario francés Le Parisien.
En una serie de audiencias semanales que se prolongarán por cuatro meses, comparecerán ante los tribunales de Aviñón, en el departamento de Vaucluse, Pélicot y otros 50 hombres que pudieron ser identificados como presuntos agresores de Gisèle Pélicot, de 70 años.
De acuerdo con la investigación, entre 2011 y 2020, Dominique reclutó a través de Internet a hombres de todo tipo (solteros, casados, jóvenes y viejos) a los que invitó a su casa de la pequeña localidad de Mazan, en las afueras de Aviñón, para que mantuvieran relaciones sexuales con Gisèle, a quien previamente le suministraba potentes ansiolíticos, como Témesta (Lorazepam) a escondidas.
Además, el principal sospechoso pedía a sus invitados no fumar ni ponerse perfume, desvestirse en la cocina y calentarse las manos para evitar cualquier sensación de frío en el cuerpo de su esposa que pudiera despertarla.
92 violaciones
Mientras la mujer se encontraba sedada y era abusada sin su consentimiento, su marido grababa y tomaba fotografías, aparentemente por voyerismo y no por obtener algún beneficio económico.
El material que recopilaba y archivaba permitió determinar que la septuagenaria había sido violada en 92 ocasiones a manos de 83 individuos, que ahora tienen entre 26 y 73 años.
Se cree que la mayoría de los acusados la violó una sola vez, otros hasta seis veces. “Algunos están muertos, uno está prófugo y unos 20 nunca han sido identificados. Otros dos finalmente renunciaron ir a Mazan sin haber considerado oportuno denunciar a Dominique”, precisa Le Parisien.
Gran parte de ellos sostienen que no son violadores y alegan no haber sido informados con antelación sobre el estado de la víctima, lo que Dominique niega. Argumentan que pensaban que Gisèle fingía dormir o que había tomado drogas por voluntad propia. Sin embargo, aunque algunos cuestionaron su pasividad durante la violación, ninguno desistió de aprovecharse de ella ni dudaron de su consentimiento.
“Como si estuviera en coma”
De esos 10 años, Gisèle solo recuerda haber estado siempre cansada y ausente, por lo que le llevó tiempo aceptar lo que había sufrido. Se le diagnosticaron varias enfermedades de transmisión sexual producto de las violaciones, además de fuerte estrés postraumático. “Es como si todo lo que había en su disco duro hubiera sido borrado. Escenas que no recuerda. Nunca vivió por la sencilla razón de que las dosis que le administraron fueron tan fuertes que inmediatamente perdió el conocimiento. Fue como si estuviera en coma, una anestesia general”, dijo su hija Caroline a la cadena radial RTL.
“Ella [Gisèle] no sabía nada de lo que le infligieron. No recuerda las violaciones que sufrió durante diez años. Las descubrirá a lo largo de estos cuatro meses. Esto es lo que hace que este caso, para ella, sea una prueba absolutamente terrible”, señala uno de sus abogados, Antoine Camus, citado por el periódico L’Humanité.
Pélicot fue detenido en octubre de 2020 por grabar bajo las faldas de varias mujeres en un supermercado de la localidad de Carpentras. Desde entonces la Policía comenzó a indagar y encontró en su ordenador grabaciones de las violaciones a su esposa por parte de otros sujetos y mensajes publicados en sitios de encuentros sexuales casuales, en los que invitaba a los usuarios a aprovecharse de su pareja mientras estaba inconsciente. Dominique y los otros 50 implicados podrían ser condenados a 20 años de prisión.
Gisèle Pélicot (centro), este lunes por la mañana en la apertura del juicio, en Aviñón, junto a sus hijos y su hija Caroline Darian (segunda desde la izquierda). Esta última hizo de la sumisión química su lucha y fundó la asociación “M’dors pas”. AFP/Christophe SIMON