El Ministerio de Salud de Argentina advirtió sobre un aumento de casos de sífilis en los últimos años, alcanzando un pico histórico en el país.
El último boletín epidemiológico, publicado el pasado lunes 2 de septiembre del 2024 por la cartera sanitaria, reveló que, desde 2018 hasta 2023, la detección de esta infección de transmisión sexual aumentó en 42 %, mientras que en el año en curso mantiene una curva ascendente.
En el balance provisorio, hasta la semana 33 de 2024 se observa una notificación periódica de casos similar a la del año anterior, ya que se notificaron 19.919 infectados contra 20.183 en el mismo periodo de 2023.
“A partir de 2022, y en ocasión del cambio de modalidad de notificación que se basa a partir de entonces en registros nominales, se retomó la tendencia ascendente de casos y tasas, llegando a una tasa de notificación que supera los 69 casos cada 100.000 habitantes”, sostuvo el informe del Ministerio de Salud.
Problemática en ascenso
En razón de ello, la cartera sanitaria advirtió que, contrariamente a lo que se cree, la sífilis “continúa siendo un importante y creciente problema de salud pública”.
Respecto a los grupos etarios más afectados, se detectaron mayor cantidad de contagios en las edades de 20 a 24 años, seguido por los 25 a 29 años y 30 a 35 años, con una tasa de incidencia de 219, 185 y 126 casos cada 100.000 habitantes, respectivamente.
En cuanto al sexo, se aprecia un predominio femenino (55,4 %), especialmente entre los 15 y 39 años, siendo que a partir de los 50 la mayor cantidad de contagios corresponde al sexo masculino.
De acuerdo a los datos del Ministerio, la sífilis se convirtió en la infección de transmisión sexual (ITS) que más cantidad de casos en aumento reporta. Y el grupo etario más afectado por la enfermedad son los jóvenes entre 15 y 34 años.
La sífilis es causada por la bacteria ‘Treponema Pallidum‘, y se transmite a través de las relaciones sexuales (vaginales, anales u orales) sin preservativo o campo de látex con una persona que tenga sífilis o a través de transfusiones de sangre no controladas.
Se diagnostica a través de un análisis de sangre, y los primeros síntomas aparecen con una lastimadura o úlcera, llamada chancro, generalmente única y no dolorosa, en la boca, el ano, la vagina o el pene.
Muchas veces es acompañada por la inflamación de un ganglio en la zona.