El autor principal del estudio, Scott Chimileski, comparó las biopelículas de placa con matorrales tropicales microscópicos en los que interactúan muchos tipos de bacterias.
El sofisticado ecosistema microbiano que anida en la boca de los humanos ha brindado a científicos una herramienta poco común para aprender sobre cómo se multiplican las bacterias.
Un equipo de científicos del Laboratorio de Biología Marina (MBL, por sus siglas en inglés) y el Instituto Forsyth de la Asociación Dental Americana (ADA Forsyth) ha descubierto el mecanismo extraordinario de división celular de ‘Corynebacterium matruchotii‘, una de las bacterias más comunes que viven en la placa dental.
Elongación celular en las puntas de la bacteria filamentosa Corynebacterium matruchotii. Crédito: Chimileski et al (2024).
La bacteria filamentosa no se divide simplemente en dos células ‘hijas’, como la mayoría de las divisiones celulares, sino en múltiples células a la vez, un proceso poco común llamado fisión múltiple.
“Los arrecifes tienen corales, los bosques tienen árboles y la placa dental en nuestras bocas tiene ‘Corynebacterium'”, explicó la microbióloga Jessica Mark Welch. “Las células de ‘Corynebacterium’ en la placa dental son como un árbol grande y tupido en el bosque: crean una estructura espacial que proporciona el hábitat para muchas otras especies de bacterias a su alrededor”, precisó.
El autor principal del estudio, Scott Chimileski, comparó las biopelículas de placa con matorrales tropicales microscópicos en los que interactúan muchos tipos de bacterias.
El mecanismo único de reproducción de ‘Corynebacterium matruchotii’ permite a esta especie crear redes muy densas en el núcleo de la biopelícula, sostuvo Chimileski.
Los dentistas recomiendan cepillarse los dientes (y, por lo tanto, eliminar la placa dental) dos veces al día. Sin embargo, esta biopelícula vuelve a aparecer por mucho que nos limpiemos los dientes
Para estudiar el proceso de crecimiento de las células filamentosas, los científicos utilizaron microscopía de lapso de tiempo. Esto hizo posible estudiar el crecimiento de bacterias de forma dinámica en lugar de hacer la investigación con una imagen estática.
Precisamente este método permitió descubrir que la inusual división celular de ‘Corynebacterium matruchotii’ no era del tipo binario normal, sino mucho más prolífica y muy extraña.
Primero, el filamento se alarga solo en un extremo y crece mucho más que el tamaño habitual de la célula. Lo hace a un ritmo cinco veces más rápido que otras especies de ‘Corynebacterium’ estrechamente relacionadas que viven en la nariz o la piel.
Luego, se forma simultáneamente una serie de paredes divisorias llamadas septos, antes de que la célula se rompa en entre tres y 14 células ‘hijas’ completas.
Gracias a este proceso, una colonia de ‘Corynebacterium matruchotii’ puede crecer muy deprisa, hasta medio milímetro por día, lo que podría ayudar a explicar por qué la placa comienza a regresar a los dientes en cuestión de horas, sin importar cuán enérgicamente los limpiemos.
Con iinformación proporcionada por Oriana Tassoni