“Se me escapó la bala, solo quería robarle el celular“, fue la confesión que soltó Ávila luego de que uno de los agentes policiales lo instara a admitir que fue el asesino
Sebastián Nicolás Ávila, de 25 años de edad, confesó y aseguró haber matado sin querer a Daniela Fernanda Luna, de 32 años y madre de dos niños, quien se desempeñaba como sargento del Comando de Patrullas Sur del sector La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
“Se me escapó la bala, solo quería robarle el celular“, fue la confesión que soltó Ávila luego de que uno de los agentes policiales lo instara a admitir que fue el asesino, relata el medio local TN. La declaración fue tajante: “Sí, soy yo“, dijo el joven, al borde del llanto.
Tras la detención de Ávila, los agentes realizaron un allanamiento en su residencia, donde encontraron un arma de fuego y una caja con municiones calibre 9 milímetros. La captura del homicida se había llevado a cabo a pocas cuadras del lugar del crimen.
Según relata la prensa local, el suceso ocurrió durante la madrugada del domingo. Para el momento, la mujer trabajaba como taxista por medio de una aplicación telefónica, labor que desempeñaba para buscar ingresos extras para su familia.
Luna fue hallada muerta en el auto que conducía, un Ford Fiesta color blanco. El hecho fue alertado a las autoridades policiales por un transeúnte que se encontró con la escena criminal en un cruce entre las localidades de Isidro Casanova y Rafael Castillo.
De acuerdo con el reporte médico, Luna recibió el disparo mortal en el pómulo izquierdo. Ese día, la agente se encontraba de permiso y con pedido de retiro voluntario por incapacidad física, debido a lesiones sufridas en un accidente de tránsito mientras prestaba servicio.