El exguardaespaldas aún no se ha perdonado del todo por lo que ocurrió. “Mi padre me inculcó que cuando te dan una tarea, la cumples hasta que la terminas por completo.
Clint Hill, el exagente del Servicio Secreto de EE.UU. que se abalanzó sobre el automóvil de John F. Kennedy después de que el presidente fuera baleado, reveló a sus 92 años cuales son sus mayores lamentos sobre su labor aquel fatídico 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas.
“Bueno, tal vez hubiera algo que pudiera haber hecho. Ya no sé nada más” declaró en una entrevista en el pódcast ‘Secret Service Agent #9: A Second Look‘ del programa ‘60 Minutes‘, emitido esta semana.
El exguardaespaldas aún no se ha perdonado del todo por lo que ocurrió. “Mi padre me inculcó que cuando te dan una tarea, la cumples hasta que la terminas por completo. Yo tenía la misión de mantener con vida al presidente y a la señora Kennedy. Solo mantuve con vida a uno de ellos. Uno murió bajo mi supervisión”, se lamentó.
En una entrevista de 1975, se culpó a sí mismo por la muerte del mandatario demócrata, diciendo que, si hubiera actuado “cinco décimas de segundo más rápido”, Kennedy habría sobrevivido.
Una memoria imborrable
El día del magnicidio, John Fitzgerald Kennedy se encontraba en Dallas en un viaje de campaña previo a las elecciones de 1964. Hill estaba en el estribo del siguiente coche, detrás de la limusina presidencial. En un momento, oyó un disparo y vio al mandatario agarrarse la garganta, por lo que saltó de su posición y corrió hacia él. Mientras se abalanzaba sobre el auto, una segunda bala alcanzó la cabeza del presidente.
Instantes después, la primera dama, Jacqueline Kennedy, trepó aterrorizada a la parte trasera del coche y Hill la empujó hacia el interior, utilizando su cuerpo como escudo. El agente permaneció asignado la protección de la viuda durante un año. “Fue duro pasar ese año después de que ocurriera […] Ella nunca habló de eso en absoluto. Ese asunto fue evitado y ha sido evitado por la familia Kennedy durante años”, señaló en la última entrevista.
Ante una pregunta final sobre cómo le gustaría que fuera recordado, Hill dijo: “En dos palabras: lo intenté”. “Eso es todo lo que hay que decir: lo intenté”, concluyó.